lunes, 28 de septiembre de 2009

EDUCACIÓN VIRTUAL

Es difícil ser contemporáneos de nosotros mismos, esto es ser conscientes reflexivos de nuestro quehacer en el momento y entorno actual. Miramos las cosas con un énfasis esencialmente efectivista, nos importa mucho más el resultado, con menosprecio hacia el proceso que lo gesta.
En este fervor por satisfacer nuestro hedonismo, sacrificamos el proceso que implica la estructuración del pensamiento[1] por el pensamiento mismo y al margen del ejercicio intelectual que este necesariamente conlleva, nos preocupa que los recursos de los que nos valemos no nos puedan hacer la tarea más liviana o privar de la responsabilidad que tenemos en ello.

Algo parecido observo en la aplicación de las TIC para quienes recién emprendemos un proceso formativo con esta metodología. Y es que quizás el precario desarrollo en su implementación o el rezago que presenta el sector educativo a nivel latinoamericano en la implementación de las TIC[2], tenga que ver entre otras razones con esta inversión utilitarista en las prioridades.

A mi modo de ver debemos recuperar el peso específico en el que se centra el problema educativo. En el aula tradicional hemos puesto este en el docente, y ahora con las nuevas tecnologías queremos trasladarlo a las TIC. En ambos casos el estudiante queda relegado, cuando por el contrario, debe ser el sujeto primordial desde el cual se dinamicen todo el pensamiento.

Cualquiera que sea el contexto educativo hemos de convenir que el orden de prioridades en la educación está es en los estudiantes como sujetos del proceso pedagógico. Las TIC cuando más solo podrán propiciar al igual que el docente o el tutor, los elementos didácticos para acceder en un repositorio a un tipo de conocimiento, sin que con ello se supla el deber racional de cada uno en cuestionar, preguntar o ponderar las ideas en que se apoya la formulación de toda idea o pensamiento.

En este punto las TIC van un poco más allá de todos los medios que antes hemos conocido, y es que aportan al tema de la educación a distancia unos recursos didácticos que permiten la interactividad en forma sincrónica y asincrónica, aspecto crucial en todo proceso educativo, introduciendo facilidades para el trabajo en grupo o el trabajo colaborativo nunca antes posibles en otros entornos o con otros recursos.

Al contrario de los temores que ello nos pueda presentar, las más de las veces infundados, las TIC nos ofrecen mayores posibilidades de crear conocimiento en dimensiones o alcances antes no imaginados o en todos los órdenes, propios de la globalización. No falta quien vea en ello una profecía apocalíptica, un nuevo recurso para manipular las mentes o la nueva versión para introducir tendencias políticas o ideológicas de cualquier matiz.

Todo en su contexto. Si bien podremos encontrar diferentes fortalezas o debilidades, la suma o la integración de los diferentes recursos y la habilidad con que cada uno los adopte en la educación virtual podrá arrojar mejoras educativas con alcances mucho mayores a los de la educación tradicional, por lo que se hace obligatoria e imperativa su implementación.

[1] El pensamiento científico es la estructura de pensamiento que permite alcanzar un alto nivel de objetividad en la comprensión de la realidad y ser capaz de actuar en consecuencia. (http://www.unicist-library.org/es/unicistwiki_library/index.php?title=Los_Tipos_de_Pensamiento&printable=yes)
[2] “Tendencias de la Educación Superior virtual en América Latina y el Caribe” José Silvio. IESALC

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